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miércoles, 29 de mayo de 2013

EL CASTAÑO EN EL GEOPARQUE DE VILLUERCAS IBORES JARA




Hoy queremos centrar nuestra atención en la relación entre el castaño y la comarca de Villuercas Ibores Jara, para celebrar el I Día del Geoparque Villuercas Ibores Jara en la Blogosfera, y con ello sumarnos a esta iniciativa en la que decenas de blogs dedicamos nuestro post de hoy a promocionar los valores de este espacio, uno de ellos sin duda, el castaño.

La presencia del castaño en el Geoparque Villuercas Ibores Jara  posiblemente se deba a un factor antrópico. Puede que fuese introducido por algún pueblo que habitase desde tiempos inmemorables por estas tierras. De hecho, en esta comarca, encontramos castaños ejemplares de más de 700 años como el castaño “Abuelo”en Guadalupe o los castaños de Calabazas en Castañar de Ibor. Esta especie está muy arraigada a la cultura de esta tierra, por un lado encontramos topónimos que hacen alusión a esta especie como el nombre del municipio Castañar de Ibor, o el castaño en el escudo de Navezuelas. Por otro lado, en la arquitectura de pueblos como Guadalupe, observamos el uso de la madera en la estructura de las casas, la castaña ha sido también en muchos pueblos serranos un alimento básico, en fin, este árbol es una de las especies más aprovechadas por los habitantes de estas tierras.

Hoy en día su importancia es notable en nuestra comarca. La castaña es uno de los productos agrícolas más rentables, y en pueblos como Navezuelas su economía gira en torno a esta especie y tiene un valor socioeconómico muy importante porque muchas familias obtienen unos importantes ingresos económicos. Además,  los castañares también sustentan otras actividades económicas importantes para este territorio como la caza, la ganadería o la micología. Esta especie encuentra en estas sierras villuerquinas el óptimo ecológico para su desarrollo gracias a que en determinados enclaves de sierra con orientación norte y clima húmedo se dan la condiciones idóneas para el castaño.

En la comarca existen dos tipos de castañares, uno orientado a la producción de madera que se denominan localmente “paleras” y conforma un bosque espeso. Este tipo de bosque lo encontramos principalmente en el entorno de Guadalupe (Mirabel,  el Dehesón del Humilladero, sierra de Ballesteros, Iborejo  o la Cruz del pico de la Brama) y en el Postuero en Castañar de Ibor. El otro tipo de castañar es el orientado al fruto que se caracteriza por tener un arbolado disperso que nos puede recordar en su estructura a la de la dehesa, este tipo de castañar es el que predomina en la comarca y se encuentra en el término de Navezuelas, valle del Ibor, en la umbría de  Navalvillar de Ibor y en la cabecera de este río, así como en el entorno de Guadalupe.

Es curioso observar cómo el castaño se desarrolla mejor en unos valles que en otros. Si analizamos esta situación vemos que el castaño se cría perfectamente en los anticlinales como el del Ibor-Guadalupe y en del Almonte y mientras que en los sinclinales del Guadarranque, Viejas y Santa Lucía, aunque hay castaños le cuesta más su crecimiento y vemos que proliferan en zonas concretas de fondo de valle o en terrenos donde el suelo tiene más fondo.

Si esta observación la relacionamos con la geología y la litología del terreno vemos que el castaño se desarrolla mejor en suelos del ediacárico que corresponden a los materiales más antiguo que dan unas pizarras mas deleznables y forman suelos profundos, con más potencia , esponjosos y ricos en elementos como el fósforo  idóneos para el castaño, en cambio en las laderas de los sinclinales encontramos materiales del ordovícico que forman suelos más pobres, menos profundos y más pesados  (como se denomina localmente “grea”), que hacen que el castaño esté más limitado para su desarrollo.

A modo de conclusión podemos decir que la geología del territorio ha condicionado y condiciona el desarrollo de este cultivo y a la hora de potenciar el castaño hay que tener en cuenta el factor suelo para garantizar el éxito de este cultivo.

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